Mi Frase...

"Hay que Ser grande para reconocer que tienes mucho que aprender..."

miércoles, 9 de febrero de 2011

Aún en la Soledad más profunda, Él está!

Escribí este texto en un momento de mucho llanto y dolor. Y escribir fue la forma que encontré para dejar plasmado no solo lo que sentía, sino lo que siempre hallo cuando en mi dolor acudo al único que siempre está: El Señor Dios Todo Poderoso!

El único que me da su amor incondicional y su abrazo cuando más lo necesito...

Transmitir estas líneas en el blog, constituyen una invitación para todos aquellos que se sientan en una amarga soledad... El siempre está... El es fiel por siempre!

Señor,

Desde lo profundo de mi ser te doy gracias, gracias por esta vida, por haberme permitido abrir mis ojos en este día, por sentir mi respiración y el latir de mi corazón... Aunque las fuerzas en este día no son muchas, yo reconozco que soy bendecida y afortunada, porque tu me estás dando la oportunidad de vivir, de continuar en este mundo haciendo tu historia, pues mi historia es tu historia, porque mi vida es tuya, Padre Mío.

Amado Padre, yo soy un ser tan pequeño, tan imperfecto a tus ojos, con tantos errores, tantas fallas, que a veces no comprendo cómo puedes amarme a pesar de todo. Y me doy cuenta que tu amor es incondicional, Señor. Que siempre estás, aunque yo no esté, que siempre me esperas y me abrazas aunque no te busque.

Hoy Señor, te pido que no me abandones nunca, que tus ojos y tu diestra no se aparten de mi vida, porque no soy nada sin ti Padre. Porque si no estuviera segura de tu existencia en mi vivir, esta vida no tendría ningún sentido. Señor, ilumina mi mente y mi alma, habla a mi corazón como lo has hecho tantas veces, en aquel maravilloso silencio que tanto amo, aunque a veces me resulte tan complejo entenderlo.

Amado Padre en tus manos entrego mi espíritu y las amarguras que estoy sintiendo; en tus manos todo lo que me aflige y todas las inseguridades y miedos que tengo; en tus manos Señor, mi hogar y el amor que siento por mi esposo, a pesar de los momentos difíciles y desacuerdos.

Te amo Padre y se que jamás me abandonarás... Ayúdame, dame el don de la sabiduría, del discernimiento y de la tolerancia para salir bien librada de este momento que atravieso en mi vida. Jamás he estado tan segura de lo que deseo como ahora... Dame Señor la fuerza y el valor para continuar y hacer mis sueños realidad.

Quedo en tu presencia Señor y tuyo es el resto de mis días. En el nombre amado de Jesús.

Padre, Hijo y Espíritu Santo, protéjanme y líbrenme de todo mal y peligro. Amén.

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